¿Eres feliz? Esta pregunta es una interrogante que todos, en algún punto de nuestra existencia, quizás nos hacemos a nosotros mismos o a los demás. Tal vez esto tiene que ver con algunos cuestionamientos sobre el nivel de felicidad que tenemos en nuestra vida en general, ¿o no? Pero, ¿cómo saberlo?, ¿qué es la felicidad? Experto de la UNAM nos explica.
La felicidad desde diferentes puntos de vista
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a través de su sitio de noticias UNAM Global, señala que para el ganador del Premio Nobel de Economía en 2002, Daniel Kahneman, la satisfacción y felicidad son dos términos diferentes.
En este sentido, la felicidad es “una experiencia que surge de manera espontánea y es efímera”. Mientras que, la satisfacción es un sentimiento que se mantiene a largo plazo, el cual, se desarrolla a través del tiempo. Esto a partir de los logros que el ser humano alcanza y que facilitan conseguir el tipo de vida que cada uno desea.
Asimismo, el también psicólogo y economista, encontró en sus investigaciones que gran parte de las personas no está en la búsqueda de la felicidad. A pesar de que “queremos ser felices, muchos trabajamos en la dirección contraria”, dice.
Por su parte, Ricardo Trujillo, de la Facultad de Psicología de la UNAM, en entrevista para UNAM Global, se refirió a Sigmund Freud, quien en su libro El malestar en la cultura, explicó que los seres humanos nacen en un entorno con deseos, necesidades y satisfacciones.
Para sentir esa satisfacción, abunda el experto, es necesario cubrir la pulsión. Al respecto, el universitario pone de ejemplo la alimentación, “es decir, ‘tengo hambre, como’. Y mi pulsión está siendo satisfecha”. Sin embargo, subraya, la pulsión no puede estar satisfecha en todo momento, pues existe un principio de realidad fundamentado en la cultura.
Por ejemplo, cuando somos pequeños y nuestra madre nos prohíbe tocar un objeto porque es peligroso, la pulsión no se satisface. Como consecuencia, según explica el universitario con base en Freud, la cultura se convierte en el mediador entre la satisfacción y no satisfacción de las pulsiones.
“Pensar en este sentido, que la satisfacción de las pulsiones representaría la felicidad, es ilusorio, dice Freud, porque en el momento en que nosotros empezamos a satisfacer todas nuestras pulsiones, de repente nos empezamos a angustiar porque ya no tenemos un límite y estructuralmente nos desbordamos”, precisa.
¿Somos felices?
Según datos del Informe Mundial de la Felicidad publicado cada año por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y retomados por UNAM Global, para el periodo 2019-2021, los países mejor ubicados en el análisis sobre el nivel de felicidad en cada nación, fueron Finlandia, Dinamarca, Islandia, Suiza, Países Bajos, Luxemburgo, Suecia, Noruega, Israel y Nueva Zelanda.
Del mismo modo, para la clasificación de este año, Finlandia ocupó el primer lugar de la lista de los países más felices del mundo. Los siguientes países mejor situados son: Dinamarca, Islandia, Suecia, Suiza, Israel, Irlanda, Países Bajos, Nueva Zelanda y Costa Rica. En cambio, en el conteo, México se coloca en la posición número 46 de los 146 encuestados. El país menos feliz fue Afganistán.
Al respecto, el académico de la UNAM precisa que “el peor de los terrores que podría tener una persona, es no tener deseos. Porque a los seres humanos no puede faltarnos el deseo (…) Estructuralmente, el ser humano no es feliz, necesita vivir con alguna carencia, gracias a la cual se le permite desear cosas. Pero no es una falta de objetos, sino una carencia existenciaria”.
“Podemos tener todas las cosas del mundo, pero siempre vamos a necesitar algo (…) Y qué bueno que sea así, porque gracias a eso podemos desear. Parece que lo que nos hace humanos no es la felicidad, sino justamente lo opuesto: la carencia existencial hace que nos mantengamos constantemente insatisfechos, siempre deseantes”, agrega el especialista.