Dalia Carolina Ramos Guerra egresó en 2011 del Tec de Monterrey campus Estado de México, y ahora es la primera ingeniera mexicana en ocupar un cargo como Head of build and test en Fórmula 1 con la escudería francesa BWT Alpine F1. 

“Cuando era chiquita mi papá me había regalado un carro de Fórmula 1, entonces siempre tuve esa curiosidad de estar ahí”, relató Dalia Ramos para el medio informativo del Tec de Monterrey.

Y para llegar a ser parte de la principal competición de automovilismo internacional, tanto su esfuerzo académico como la motivación en el entorno escolar fueron muy importantes.

Luego de culminar su carrera universitaria y graduarse como ingeniera mecatrónica, Dalia Ramos obtuvo una beca del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), la cual le permitió cursar un posgrado en el extranjero. 

Fue así como llegó a la Universidad de Nottingham, en Inglaterra, para estudiar una Maestría en Ingeniería y Gestión de Manufactura, programa del que se graduó con una distinción por su desempeño. 

Al terminar, comenzó a laborar en la empresa británica Rolls Royce en el sector aeroespacial, y al permanecer ahí durante 6 años, buscó un nuevo empleo pues tenía el objetivo de estar cerca de las personas y la producción. 

“Me hacía falta el contacto y el ambiente en las fábricas. Fue así que en la pandemia leí la descripción de la vacante y vi que era exactamente lo que quería hacer”, señaló.

Así que en junio de 2021, Dalia comenzó su carrera en el sector automotriz al ingresar como líder de equipo a cargo del ensamblaje y prueba de autos en la fábrica de BWT Alpine F1 en Inglaterra.

Retos que enfrentó

Dalia Ramos actualmente lidera un equipo de seis subdepartamentos con 45 personas a su cargo. Según señaló la joven de 34 años, el retos más grande que ha enfrentado hasta ahora fue al llegar, debido a los cambios estructurales por los que pasaba el equipo.

“No soy experta en Fórmula 1 y llegué a liderar en algo que no sabía y no conocía al 100 por ciento técnicamente. Pero siempre he tenido la curiosidad por tomar grandes retos e ir a donde tenga algo que aprender”, admitió.

Asimismo, dijo que ganarse la credibilidad y el respeto del equipo fue una situación con la que tuvo que lidiar pues “no es fácil llegar a un ambiente conservador donde no están acostumbrados a ver mujeres jóvenes y menos internacionales”.

Sin embargo, actualmente considera que el área que lidera es de las más estables laboralmente “y se mantiene a la vanguardia”. 

La emoción de llegar a la Fórmula 1

Ver el reflejo de su trabajo y cumplir una meta que nació durante su infancia, para la egresada representa una mezcla de emociones que describió como “satisfacción, adrenalina y orgullo”. 

Finalmente destacó que “observar las carreras cada fin de semana y realmente ver el desarrollo y funcionamiento de los productos que ensamblo, en este caso, los autos, es algo increíble. Ver cómo corren y saber que es producto de mi trabajo rebasa mi entendimiento, es muy gratificante”.