La revista académica Journal of Adolescent Health publicó un estudio donde se explicó que los adolescentes con padres que regularmente tomaban alcohol, tenían cuatro veces más probabilidades de beber. 

Para muchos adultos es normal beber constantemente, incluso, que sus hijos adolescentes lo hagan, pero ¿qué tan buenas son estas ideas?

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¿El alcohol sólo afecta al consumidor?

La investigación arrojó que un consumo excesivo de sustancias alcohólicas ocurre cuando, en una sola ocasión, los hombres beben cinco copas y las mujeres cuatro. 

Se observó que el consumo constante de una persona no sólo tiene consecuencias en el bebedor, también se ve afectada la gente que le rodea.

La doctora Marissa Esser, encargada del programa sobre alcohol de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, explicó que los adolescentes no son la excepción, pues sus probabilidades de consumir alcohol se ven en aumento. 

¿Por qué el consumo de los padres afecta a los adolescentes?

Los factores pueden ser distintos, entre ellos, el hijo o hija logra tener fácil acceso al alcohol en el hogar, además, a veces los padres son permisivos en cuanto al consumo. 

La Doctora Danielle Dick, directora del Centro de Investigación de Adicciones de Rutgers, en Piscataway, Nueva Jersey aseguró que los genes también pueden influir en el gusto por beber.

¿Cuáles son los riesgos de beber durante la adolescencia?

La investigadora Dick añadió que las familias deberían preocuparse más por el consumo de alcohol en adolescentes, pues dicha acción causa problemas en la salud y en el desarrollo cerebral, además, la edad en la que comienza a beber una persona se relaciona con el riesgo de adicción. 

Aclaró que la relación que hay entre padres e hijos bebedores ya se conocía, pero es crucial recordarles a los padres y tutores el poder que tienen al momento de influir en los adolescentes. 

¿Qué podemos hacer al respecto?

Dick explicó que el inicio del consumo de alcohol debe de retrasarse todo lo posible, entre más temprano se deba, más probabilidades hay de generar adicción. 

Dentro de las personas que retrasaron su consumo de alcohol hasta los 21 años, sólo el 10% de las mismas desarrollaron un consumo de trastorno de alcohol. 

Además, son necesarias las charlas donde se les explique a los más jóvenes que el consumo de bebidas alcohólicas no es tan seguro para los adolescentes, además de que no requieren hacerlo. 

La conversación debe generar seguridad en los hijos, mismos que necesitan sentir confianza cada que acudan con sus padres.