La bandera mexicana, junto al escudo y el himno nacional representa uno de los tres símbolos patrios que nos dan identidad. Por lo que, en las fechas declaradas solemnes para toda la Nación se iza a toda asta y cuando se conmemora alguna muerte se coloca a la mitad.
Además, durante sus más de 200 años de historia su imagen ha cambiado y también se le han dado distintas connotaciones, a las que por cierto “no deberíamos renunciar hoy en día”, explicó Eugenio Traslosheros Hernández, experto del Instituto de Investigaciones Históricas (IIH) de la UNAM.
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¿Cuál es la historia detrás de la bandera mexicana?
De acuerdo con la UNAM, el Día de la bandera mexicana se estableció el 24 de febrero de 1934 y fue reconocido oficialmente en 1940 por el presidente Lázaro Cárdenas del Río.
Aunque el origen de este símbolo patrio se remonta a la Independencia de México, cuando el militar Agustín de Iturbide creó uno de los primeros diseños, el cual tenía un significado religioso; ya que los colores verde, blanco y rojo fueron elegidos con base a su simbolismo en la religión católica, que era la practicada por la monarquía de España.
Es decir, al principio, dichos colores representan las virtudes teologales: fe, esperanza y caridad. Además de independencia, la unidad de los habitantes y la religión, según explicó el experto universitario en libertad religiosa y Estado laico.
Sin embargo, destacó que pese a su “origen religioso, la bandera mexicana no es un símbolo religioso sino nacional, que representa una gran cantidad de historia y cultura”.
La construcción de un Estado laico
“El primer intento de construir un Estado nacional independiente tenía como objetivo seguir la misma tradición y formar un Estado nacional católico, pero esto no tuvo éxito y se estableció un Estado laico”, informó la UNAM. Es decir, separar los asuntos gubernamentales de los religiosos.
Cuando la lucha independentista terminó, a la bandera mexicana se le agregó un águila, cuyo significado es “la tradición prehispánica y la identidad del patriotismo mexicano, que luego se desarrolló como un nacionalismo”.
Para Traslosheros Hernández resulta importante que nuestro deber actual sea solo explicar la historia de la bandera patria tal como sucedió, sin construir narrativas falsas o a favor de determinados actores o grupos.
De igual manera, el experto señaló que “la sociedad debe acostumbrarse a la libertad en una sociedad democrática sin escandalizarse de nada”. Esto con referencia a quienes no rinden honores porque va en contra de sus creencias religiosas o a las personas preocupadas porque el 12 de diciembre rodean a la imagen de la Virgen de Guadalupe con la bandera nacional.
También aclaró que un Estado laico no está en contra de la religión. Más bien, el Estado laico permite que en la sociedad se expresen diferentes religiones. “Se fundamenta en un Estado de derecho y la vigencia de las garantías fundamentales, siendo una de las más importantes la libertad religiosa.”
Y precisó que “nuestro gran reto es que el Estado debe ser laico porque la sociedad no lo es, es plural y diversa. Debemos procurar que esto se manifieste en un ambiente de tranquilidad y paz”.