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Así puedes retener mejor la información, según la neurociencia 

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De acuerdo con la UNAM y su Facultad de Psicología y Medicina, la manera en la que desarrollamos nuevas habilidades cognitivas y de lenguaje, es un procedimiento amplio para nuestro cerebro y el entorno. Es por eso, que la neurociencia intenta aprender más de este órgano, el medio en el que se desenvuelve y conecta.

Expertos de la UNAM dicen que el cerebro aprende con la conexión emocional y aplica los conocimientos para realizar métodos que lo lleven a un mayor desarrollo cerebral.

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La neurociencia ofrece varias estrategias efectivas para mejorar la retención de información. Aquí te presentamos algunas técnicas que la UNAM recomienda para elevar la memoria y habilidades intelectuales.

¿Qué estrategias existen para retener mejor la información?

  1. Relaciona lo que estudias con conocimientos previos, puedes buscar analogías o ejemplos para una mejor comprensión
  2. Haz visible la información, con imágenes o diagramas, para que sea fácil de recordar
  3. Repite y repasa la información, así fortalecerás las conexiones neuronales que se asocian con el aprendizaje
  4. Un sueño y descanso adecuado es fundamental para consolidar la memoria
  5. Explica lo que aprendes a alguien más, esto también estabiliza el conocimiento en tu propia mente
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¿Qué es la memoria de trabajo y la memoria a largo plazo?

De acuerdo con expertos de la UNAM, la memoria de trabajo y la memoria a largo plazo son dos componentes clave del sistema cognitivo del ser humano. Ambos tipos de memoria interactúan constantemente, pues con la memoria de trabajo se facilita el acceso a la información que se almacena en la memoria a largo plazo cuando es necesario para realizar tareas mentales.

Por lo que, en este caso, se pueden aplicar otras técnicas de la neurociencia para retener mejor la información. Tales como: 

  • Técnica del espaciado: consiste en distribuir las sesiones de estudio a lo largo del tiempo en lugar de concentrarse en un solo bloque, para reforzar la memoria y no saturar al cerebro.
  • Práctica activa: en lugar de solo leer o escuchar, se recomienda involucrarse activamente en lo que estudias, puedes hacer resúmenes, preguntas o resolver problemas que se relacionen con tu estudio.
  • Elaboración y mnemotécnicas: son estrategias que facilitan la memorización de información difícil al crear asociaciones fáciles de recordar, es ideal para datos puntuales.

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Estas estrategias pueden adaptarse a diferentes estilos de aprendizaje y ayudarte a retener información de manera más efectiva, según lo que la neurociencia nos demuestra.

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Cristina Aragón:

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