A fin de mantener su conservación, profesores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), que forman parte del Centro de Investigaciones Biológicas y Acuícolas de Cuemanco (CIBAC), iniciaron el proyecto: Ajolote de arroyo de montaña como especie sombrilla para la protección de los ecosistemas, parte de los Estudios para la conservación de la biodiversidad en la Ciudad de México.
La investigación la realizan profesores del Centro de Investigaciones Biológicas y Acuícolas de Cuemanco (CIBAC), de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), en coordinación con la Secretaría de Medio Ambiente capitalina realizan, en colaboración con otras instituciones.
¿Dónde se encuentra el ajolote de arroyo?
Este ajolote habita en las partes serranas de la urbe, sobre todo en la zona del Ajusco, aunque también existe en las Lagunas de Zempoala, dónde los ejemplares son pocos, por lo que no hay colonias para asegurar su crianza en cautiverio.
Contrastando enormemente con la basta indagación sobre genética, regenerativa y de desarrollo embrionario y evolutivo de la que ha sido objeto el Ambystoma mexicanum.
El interés por resguardarlo “surge del hábitat particular que tenemos: los arroyos, pues si revisamos la historia de la Cuenca de México, ésta se componía de un conjunto de lagos muy grandes”, de los cuales quedan sólo vestigios, perdiéndose la aportación natural del agua.
Y si los arroyos desaparecieran por completo, también lo haría la fauna y la Ciudad de México afrontaría peores dificultades de abastecimiento de agua, por lo que es indispensable cuidar los canales de agua y a quienes los habitan.
Para esta especie son cuatro las problemáticas: el cambio de uso de suelo donde se distribuye, la deforestación, las actividades agrícolas y la introducción de especies exóticas.
Además, el ajolote de arroyo de montaña produce una cifra muy pequeña de huevos, tan sólo una sola vez al año, lo que hace a su población aún más vulnerable al cambio de temperatura, debido a lo cual creen “que este esfuerzo de protección ayudará a cuidar a la vez el hábitat y a otros animales que viven en esos ecosistemas”, comentó Ocampo Cervantes.
Sobre el proyecto
El responsable del CIBAC de la Unidad Xochimilco, el doctor José Antonio Ocampo Cervantes, expresó que las metas en los proyectos son: la atención y resolución de los obstáculos a la preservación de las poblaciones silvestres de ajolote y salvaguardar puntos clave para la provisión de servicios ecosistémicos.
A diferencia de lo que ocurre con el comúnmente llamado ajolote mexicano, el ajolote de arroyo de montaña:
“Ha sido poco analizado y se encuentra en un peligro, aún más grande, que el Ambystoma mexicanum, comenta el doctor Ocampo”.
¿Cuántos tipos de ajolotes existen?
Hasta ahora, se desconoce cuántos ejemplares de ajolotes existen, pero una de las etapas de la investigación será hacer un monitoreo en los sitios de análisis para determinar números precisos sobre el tamaño de las poblaciones.
Las esperanzas en este proyecto están impulsadas por qué:
“Esta especie es muy carismática –no llega a más de 17 centímetros, pasa a la fase terrestre y después se convierte en salamandra– nos interesa aprovechar la empatía que genera en la gente y lograr que esto favorezca a la rana de árbol, por ejemplo, que también está en riesgo por el cambio de uso de suelo y otras presiones medioambientales que afectan las zonas cerriles, incluidos bosques y aves”.
Pero para alcanzar la preservación es fundamental involucrar a las comunidades del sitio y aunque se trate de un área natural protegida, muchos grupos ejidales, ganaderos, junto con actividades turísticas, inciden en el lugar.
Los investigadores han trabajado con vecinos de San Nicolás Totolapan y del Parque Nacional Desierto de los Leones, así como con la Dirección General del Sistema de Áreas Naturales Protegidas y Áreas de Valor Ambiental, asociaciones civiles y otras entidades gubernamentales para hacerlos conscientes de la importancia del manejo de esta y otras especies, presentándoles el proyecto para que lo conozcan y colaboren.